Ecológica y económica, la energía solar es cada vez más popular entre los españoles
Sin embargo, a veces resulta difícil orientarse entre las numerosas ofertas disponibles. A menudo se utilizan indistintamente los términos «placas solares» y «placas fotovoltaicas». Sin embargo, en realidad no son sinónimos.
Aquí tiene nuestros consejos para diferenciar entre placas solares y placas fotovoltaicas.
¿Qué es una placa solar?
La energía solar es simplemente la energía emitida por el sol. Por lo tanto, es una fuente inagotable de calor y electricidad. Puede captarse mediante módulos de diferentes tamaños: las placas solares. La energía captada puede utilizarse para calentar una vivienda y/o producir electricidad.
Captar la energía solar: una revolución ecológica
En España, la electricidad procede principalmente de:
- Centrales nucleares;
- Combustibles fósiles (gas, carbón, fuel);
- Energías renovables (aerogeneradores, paneles solares, etc.).
El uso de la energía solar no es nuevo: se utiliza desde la antigüedad.
Sin embargo, hoy en día parece ser una auténtica revolución ecológica. A diferencia de los combustibles fósiles, la energía solar no contamina.
En cuanto a la producción nuclear, es muy discutida, sobre todo por los riesgos unidos a la seguridad de las centrales, mientras que la energía solar es perfectamente segura.
En un contexto de transición energética, el Estado y las autoridades locales están creando progresivamente parques dedicados a la producción de energía solar. Además, ante la subida constante de los precios de la electricidad, la demanda aumenta entre los particulares, que invierten masivamente en energía solar.
Los diferentes modelos de placas solares
Una placa solar es un módulo diseñado para captar la energía del sol y producir electricidad.
Existen varias categorías de placas solares a la venta en el mercado. Puedes elegir entre:
- Placas térmicas;
- Placas aerovoltaicas;
- Placas fotovoltaicas.
La diferencia entre estas placas solares radica en su funcionamiento. Todas utilizan la energía solar, pero con técnicas diferentes.
Placas térmicas
Convierte el calor del sol en energía. Puede suministrar agua caliente o calefacción a un edificio gracias a las calorías acumuladas. Para funcionar, debe conectarse a un equipo específico, como un calentador de agua solar.
¿Lo sabías?
Se puede ahorrar hasta un 70% de energía instalando un sistema solar combinado, agua caliente sanitaria y calefacción, combinado con un buen aislamiento térmico.
Placas aerovoltaicas
Produce electricidad mediante la producción de aire caliente. Gracias a un sistema de ventilación, la energía solar se convierte en calor y se proyecta al interior del edificio. Se trata de una técnica muy eficaz, pero también más cara que otros tipos de placas solares.
Placas fotovoltaicas
Las palcas fotovoltaicas funcionan gracias a sensores que absorben la energía solar para producir electricidad. Esto significa que ofrece una gran autonomía y eficiencia, sin dejar de ser asequible.
Placas solares y placas fotovoltaicas: ¿Cuál es la diferencia?
Los términos «placa solar» y «placa fotovoltaica» suelen utilizarse indistintamente.
Sin embargo, como ya te habrás dado cuenta, las placas fotovoltaicas son sólo un tipo de placa solar.
Aquí tienes la información más importante que necesitas saber sobre las placas fotovoltaicas:
¿Qué es una placa fotovoltaica?
La placa fotovoltaica pertenece a la gran familia de las placas solares y genera electricidad gracias a sus numerosos sensores. A diferencia de la placa térmica o del modelo híbrido, no necesita calor para producir energía. Funciona gracias a los rayos del sol.
La placa fotovoltaica es una forma económica y muy práctica de producir energía. No sólo suministra agua caliente y calefacción a tu hogar, sino que también hace funcionar tus electrodomésticos.
¿Cómo funciona una placa fotovoltaica?
Una placa fotovoltaica adopta la forma de un módulo rectangular que contiene sensores. Suele estar recubierta de silicio, un material semiconductor que transforma el calor absorbido en electricidad.
Cada placa solar con tecnología fotovoltaica está conectado a un inversor. El inversor convierte la energía solar, que se produce en forma de corriente continua, en corriente alterna antes de devolverla a la red eléctrica. Esta energía puede consumirse directamente o almacenarse en una batería.
Las células que componen una placa fotovoltaica no son todas idénticas. Se diferencian según la calidad del módulo. Pueden ser:
- Células monocristalinas;
- Células policristalinas;
- Amorfas.
Los modelos más baratos están equipados con células amorfas, que son menos resistentes y menos duraderos.
Por otro lado, las células monocristalinas ofrecen un rendimiento excelente, pero son caros. Las placas solares más comunes son policristalinas y ofrecen una muy buena relación precio/rendimiento.
Por término medio, una instalación de placas solares fotovoltaicas tiene una potencia de 3 kWp (kilovatios pico). No es suficiente para autoabastecerse, pero permite ahorrar dinero al reducir la factura anual de electricidad en un 50% aproximadamente.
Ventajas de las placas solares
- Producción autónoma de energía verde,
- Fáciles de mantener y duraderos,
- En gran medida reciclables.
Como ya se ha dicho, las placas fotovoltaicas son placas solares especialmente eficaces. Su facilidad de uso y su capacidad para almacenar la electricidad producida antes de redistribuirla los convierten en una energía verde fácilmente accesible.
Producir energía verde de forma autónoma con placas solares
La producción de electricidad mediante placas fotovoltaicas es una forma ecológica y responsable de consumir energía. No genera gases de efecto invernadero, al igual que la energía eólica.
Gracias a su contador independiente, la placa solar fotovoltaica te permite controlar tu producción de electricidad y regular tu consumo, si es necesario.
A diferencia de las placas solares térmicas, las fotovoltaicas son capaces de almacenar energía. Gracias a ello, es posible utilizar la electricidad incluso fuera de las horas de sol. Por la noche o en días nublados, puede recurrir a tu reserva. De este modo, seguirás siendo independiente de los proveedores de energía.
Placas fotovoltaicas duraderas y fáciles de mantener
Las placas fotovoltaicas tienen una vida útil de hasta 40 años. En función de la calidad de los materiales utilizados, podrás rentabilizar tu inversión a largo plazo.
El mantenimiento de las placas solares también es relativamente sencillo. Sólo hay que limpiarlas unas 2 veces al año para eliminar la suciedad y la contaminación acumuladas. Si mantienes tus módulos correctamente, conservarán su rendimiento óptimo durante toda su vida útil.
Equipos solares casi totalmente reciclables
Hace algunos años, las placas solares apenas eran reciclables. Esta desventaja era un verdadero punto negro contra la imagen de la energía solar entre los particulares.
Hoy, sin embargo, las placas fotovoltaicas son casi totalmente reciclables.
El vidrio, el aluminio y el plástico pueden reutilizarse en la fabricación de nuevos equipos. El silicio, componente esencial de las placas solares, también puede reciclarse para fabricar nuevos colectores.
Además de tener una larga vida útil, las placas solares pueden reciclarse cuando ya no se utilicen para fabricar nuevos módulos.
