¿Te interesa la energía verde y quieres instalar paneles solares en casa para producir tu propia electricidad?
Cómo funciona esta tecnología y sus ventajas, un acercamiento a los paneles solares, la diferencia entre energía fotovoltaica y Aero voltaica.
Independientemente del tipo de panel utilizado, la energía solar presenta numerosas ventajas:
Es una fuente de energía gratuita e inagotable
El único gasto es la compra de los equipos utilizados en la instalación. También es inagotable: como no es probable que el sol se apague hasta dentro de cinco mil millones de años, tienes tiempo de sobra para aprovechar sus rayos para producir electricidad y calor para tu hogar.
Es una energía verde
Ideal en el contexto de la transición energética, la energía solar no emite gases de efecto invernadero ni dióxido de carbono. Además, los paneles fotovoltaicos se fabrican principalmente con materiales reciclables.
Una solución para la autosuficiencia
Gracias a la energía solar, también puede avanzar hacia la autonomía energética. Sin embargo, tendrás que invertir en baterías que almacenarán la energía solar que no se utilices inmediatamente, y la redistribuirán cuando sea necesario.
La energía solar es económica
El coste de instalación y mantenimiento de los paneles fotovoltaicos suele ser menor, lo que reduce significativamente su inversión inicial. Gracias a la energía solar, ahorrarás en tu consumo e incluso podrás generar ingresos vendiendo la electricidad producida.
¿Cómo funcionan los paneles solares fotovoltaicos?
Existen dos tipos de energía solar:
Energía solar térmica
Captada a través de paneles solares térmicos, se utiliza para calentar un fluido que alimentará un circuito de calefacción central y/o producirá agua caliente sanitaria.
Energía solar fotovoltaica
Se utiliza para producir electricidad, gracias a los paneles solares fotovoltaicos.
A continuación, se utiliza de diversas maneras, en los hogares o en las actividades industriales, por ejemplo, para la iluminación, la calefacción, la alimentación de diversos aparatos, etc.
Cabe señalar que también existen paneles solares híbridos, que producen a la vez energía térmica y eléctrica.
El equipo capta la energía de los rayos solares y la convierte en electricidad. Esta energía es captada por módulos rectangulares recubiertos de células de silicio, un material semiconductor.
Las principales etapas de la conversión de la energía solar en electricidad son las siguientes:
- Los fotones, es decir, la luz solar, inciden en las células y transfieren su energía a los electrones de los paneles solares.
- Los electrones se mueven y producen una corriente eléctrica continua.
- Un inversor convierte esta corriente continua en corriente alterna, que puede inyectarse en la red eléctrica o utilizarse en un edificio.
- La electricidad así producida puede utilizarse para alimentar los electrodomésticos de la casa, venderse a una compañía eléctrica o almacenarse en una batería para su uso posterior en el hogar (por ejemplo, por la noche, cuando no hay luz solar).
Las células que recubren los paneles solares pueden ser:
- Monocristalinas: son las células más eficientes, pero también las más caras.
- Policristalinas: ofrecen la mejor relación calidad-precio del mercado actual. También son las células más utilizadas.
- Células amorfas (o de capa fina): aprovechan al máximo los rayos del sol incluso cuando son débiles, y su producción es más barata que la de las células monocristalinas y policristalinas. Sin embargo, tienen un gran inconveniente: su bajo rendimiento a plena luz del sol y su notable pérdida de eficiencia con el paso del tiempo.
¿Cómo elegir tus paneles solares?
Hay varios criterios a tener en cuenta a la hora de elegir tus paneles solares.
Por ejemplo, la potencia pico es una referencia que permite comparar la potencia y la eficiencia de los modelos para elegir el más rentable.
Una potencia de 100 Wp (vatios pico) corresponde a la potencia máxima del módulo, con una insolación de 1000 W/m2 y una temperatura de las células de 25°C.
En realidad, la energía captada por el módulo será menor y dependerá de la cantidad de luz solar, la estación del año, la hora del día, la luminosidad… También hay que tener en cuenta la superficie del panel, su durabilidad, la variación de potencia en función de la temperatura exterior.
Los módulos suelen instalarse sobre soportes fijos (en el suelo o en un tejado), pero también pueden instalarse en sistemas móviles que siguen la trayectoria del sol, aumentando así la producción de electricidad en un 30% aproximadamente en comparación con una instalación estática. Para un rendimiento óptimo, se recomienda una orientación sur con un ángulo de inclinación de entre 30 y 45°.